
Febrero suele ser el mes del amor y la amistad. Aunque no soy de celebrar el 14 de febrero, quiero dedicar este espacio a la amistad, porque es lo que más disfruto en la vida, lo que me nutre y me sana.
Un estudio de la Universidad de Harvard, que ha seguido a cientos de personas durante más de 80 años, confirma que las relaciones cercanas—amistades y familia—son el factor más importante para una vida larga y feliz, incluso por encima del dinero o el éxito profesional. Las personas con fuertes lazos sociales tienen menos probabilidades de sufrir depresión y enfermedades cardíacas.
Yo lo compruebo cada día. Tengo un sólido grupo de amigas desde el kínder, nos llamamos Las Paseínas, y son mi familia. Cada año viajo a la Ciudad de México solo para reunirme con ellas, y cuando puedo, lo hago dos o tres veces al año. Hacemos videoconferencias, tenemos un book club y compartimos la vida, sin importar la distancia.
Mis amigas locales son mi motor diario. No puedo pasar más de una semana sin una cena o comida con ellas, y esos momentos siempre se convierten en especiales. También tengo amigos en pareja con quienes hemos compartido alegrías y dificultades; hemos visto crecer a sus hijos y hoy los consideramos familia.
Pero la amistad no solo está en los círculos más cercanos. Mis primos son mis amigos, mis hermanos son mi mayor fuente de energía amistosa, y en mi trabajo también encuentro lazos valiosos. Entre mis colaboradores, clientes y proveedores he construido relaciones deconfianza y apoyo.
Y, por supuesto, en esta red de afectos está mi esposo. Porque más allá del amor, es mi amigo y compañero, con quien comparto no solo la vida, sino también la risa, los proyectos y las mejores conversaciones.
La amistad no es cosa de un solo mes. Es laclave de una vida plena y, en muchos sentidos, es el mayor lujo que podemos darnos: rodearnos de personas con quienes compartir nuestra historia.
Y, en cierto modo, el diseño de interiores tiene ese mismo propósito: crear espacios que fomenten la convivencia, que nos inviten a compartir momentos con quienes más queremos. Porque un hogar bien diseñado no es solo estético, sino un reflejo de la vida que queremos vivir en él.
