¿Necesito un interiorista? La importancia de la belleza en todos los hogares

En los años que tengo de experiencia transformando espacios, me he dado cuenta de que existen conceptos erróneos sobre el interiorismo que terminan afectando la calidad de vida de las personas. Hace falta un entendimiento más profundo sobre la importancia de esta tarea de embellecer el lugar donde vivimos.
Elena Silva

En los años que tengo de experiencia transformando espacios, me he dado cuenta de que existen conceptos erróneos sobre el interiorismo que terminan afectando la calidad de vida de las personas. Hace falta un entendimiento más profundo sobre la importancia de esta tarea de embellecer el lugar donde vivimos.

Veamos, la mayoría entiende porque es importante alimentarse bien, hacer ejercicio y convivir con la gente que ama para ser feliz, pero cuando hablamos de la belleza y la armonía de los espacios que habitan, se considera un lujo que solo algunos pueden darse y no una necesidad que debe atenderse para mejorar el estado de ánimo y el bienestar de las personas en general.

La educación y las memorias

Sin duda, creo que se trata de un tema de educación, del ejemplo de lo que vivimos en nuestros propios hogares desde nuestra crianza. Si durante mi niñez lo más importante para mis padres era gastar en comer en restaurantes y tener un buen coche aunque la casa se estuviera cayendo a pedazos, muy probablemente me parezca normal tener un hogar descuidado, o incluso me puede pesar gastar dinero en mejorarlo pues no me parece importante. Aunque no es cien por ciento determinante, es claro que lo que aprendimos es lo que proyectamos.

Cada familia tiene su propia escala de prioridades y modos de vivir. 

Cada que un cliente nos abre las puertas de su casa, nos encontramos con un mundo diferente, cada familia nos sorprende tanto para bien como para mal, tienen visiones de la vida completamente diferentes. Es por eso que el interiorismo es tan complejo y personal, no hay fórmulas mágicas, cada una de estas familias tiene necesidades distintas, y en cada una de ellas embellecer sus espacios tiene una prioridad distinta también. 

Sin embargo hay algo que es universal y que nos atrae a todos: la belleza. La belleza es un valor universal y por naturaleza todos tendemos hacia ella. La belleza se encuentra en la naturaleza, en la música, en la arquitectura, en las personas, y esta produce un sentimiento de placer y de satisfacción, la valoramos más allá de lo razonable. La reconocemos porque suspiramos cuando nos la topamos, al ver un colorido atardecer, o cuando escuchamos nuestra música preferida, estos contactos con la belleza, nos hacen sentir bien, nos enriquecen y fomentan la armonía en la convivencia.

¡Esa belleza deberíamos poder encontrarla en nuestra propia casa!

No importa el tamaño del presupuesto, la clase social o el status, todos tenemos esa inclinación natural hacia los entornos bellos, sin embargo esa sensibilidad se va perdiendo a medida que la dejamos de practicar, y un hogar donde todo está descuidado, sin orden, sin detalles, con las paredes sin pintar, no solo provoca disconfort físico y psicológico, sino que nos priva de experimentar esa fascinación por la belleza para la que estamos dotados.

El diseño de una casa tiene una importancia mayúscula en el desarrollo humano, pues tiene un significado de seguridad y protección, exterioriza los valores, la cultura y los aspectos más íntimos de la personalidad y el alma de quienes la habitan. No hay quien no se sienta mejor en un lugar armonioso y equilibrado. 

A todos nos gusta llegar a un espacio limpio y ordenado, donde nos sintamos acogidos por los diferentes elementos compositivos del ambiente, la combinación de luz y color, la disposición y proporción de los muebles, los materiales, las texturas, estar rodeados de piezas que nos parezcan atractivas, etc.

Así que observa tu hogar, los espacios donde pasas más tiempo y responde esta pregunta: ¿Qué sientes? Si no te emocionan, te brindan paz o alegría, es momento de tomar acción para transformarlos. Esto es el interiorismo, hacer uso de elementos físicos que se transformen en estados mentales. Eso es lo que nos proponemos, elevar una de las mayores experiencias humanas; habitar. 

Reinventa tu espacio

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